viernes, 18 de agosto de 2017

EVALUACIÓN: PRIVATIZAR LA ESCUELA PÚBLICA Y ELIMINAR DERECHOS.

La contrarreforma educativa elimina derechos del magisterio. Este es el papel que juegan las diversas evaluaciones. A través de estas, se establece un régimen de presiones constantes, de incertidumbre y despojo. Esta es la esencia de las evaluaciones, nada tienen que ver con detectar deficiencias, carencias o capacidades y definir a partir de estas los programas y mecanismos que resuelvan las necesidades.
Las propias autoridades lo reconocieron al señalar que las evaluaciones llevadas a cabo, no han servido para nada que tenga que ver con el problema educativo, pero si para para cambiar las condiciones laborales de alrededor de 100 mil docentes que han perdido la plaza base y su estabilidad laboral, que han entrado a un nuevo régimen de contratos por tiempo determinado, sometidos permanentemente a una evaluación despótica, para conservar un empleo cada vez más agobiante y precarizado.
Pero además es evidente el desaseo, la manipulación y corrupción con que manejan estas evaluaciones, que ya tienen a casi 2 mil docentes a punto de ser removidos de la docencia de forma definitiva, por su reiterada no idoneidad, y a otras decenas de miles que aceptaron voluntariamente participar en las promociones e ingreso, en la incertidumbre laboral por la falta de resultados confiables.
Pero esto solo forma parte del proceso que lleva a la entrega de la escuela y la educación públicas al negocio privado, lo que constituye el objetivo central de esta contrarreforma. Y esto se comprueba con el cierre de escuelas rurales y de la periferia de las ciudades; el cierre de escuelas de educación especial; el cierre de turnos y la compactación de grupos; la entrega de recursos públicos al capital especulativo para la infraestructura escolar, mediante el programa escuelas al cien, que hipoteca los planteles por 20 años, y la “autonomía escolar” que limita los recursos públicos y deja en manos de la comunidad y los padres de familia la atención y solución de las necesidades.
Por eso llamar a resistir contra la evaluación punitiva, no tiene que ver con el temor a un examen, con la falta de capacidad o preparación, sino con la defensa de derechos fundamentales para el pueblo y el magisterio, ganados con la lucha de generaciones que hoy por la decisión de unos cuantos pretenden eliminar.
A estas alturas de la lucha contra el despojo, todo maestro y toda maestra saben que esta es la realidad. Y nuestro deber es convertirnos nuevamente en educadores y educadoras populares que promuevan la organización del pueblo para el rescate y la defensa de la patria y la obtención de condiciones de vida digna para tod@s.
Ante la nueva convocatoria a la evaluación punitiva:
¡DIGNIDAD Y RESISTENCIA! ¡NO al SOMETIMIENTO CÓMPLICE!
¡Organizados, unidos y luchando, no podrán imponer la contrarreforma!
MOVIMIENTO MAGISTERIAL JALISCIENSE
"Hasta que la dignidad se haga costumbre, no pararemos de andar"